Agradecimiento es vivir, desagradecimiento es una contradicción o incoherencia mental sobre el hecho de existir. Convivir, coexistir, relación, es la fuerza de la vida que celebra ser, y eso es gracia-s, es experiencias. No agradecer o dar gracias, es un conflicto del pensar por falta de reconocimiento de lo que es vivir, es un desajusten entre conciencia, coherencia y consecuencia de la evidencia de lo que es vida. El desagradecimiento suele esconder egoísmo, sufrimiento psico-emocional y confusión. Agradecer abre vida, desagradecer cierra. Agradecer armoniza, desagradecer desarmoniza. Agradecer quita orgullo, vanidad y prepotencia, desagradecer pone o reafirma egoísmo. Agradecer suaviza en un estado de humildad unitaria, desagradecer irrita en un estado que separa innecesariamente. Agradecer es estar en paz con sigo mismo, desagradecer es estar en guerra con “uno mismo”. Agradecer no pide, ni demanda, desagradecer pide inconscientemente solución de conflicto. El agradecimiento da alegría, el desagradecimiento da pena. El agradecimiento por compromiso o por búsqueda de recompensa, y el aparente desagradecimiento por despiste, ¡se nota! Dice el refrán popular, es de bien nacido ser agradecido…bien nacido a aquí y ahora. Siempre hay la posibilidad de nacer o despertar a la plenitud del ahora.
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