La espiritualidad es la esencia
Si la espiritualidad es la esencia de la religión, todas las religiones deberían tener en común la espiritualidad. Si la espiritualidad es el reconocimiento del espíritu, eso que se reconoce debería de ser la misma esencialidad para todo.
Aunque hayan muchas creencias, o exposiciones sobre lo que es el espíritu, unas de separatividad entre diferentes espíritus, y un espíritu creador supremo, otras en una mezcla de separación y unión, y por último la de un solo espíritu creador (o manifiesto). Si espíritu se refiere a esencia, como comúnmente decimos el espíritu de algo…el espíritu será lo esencial, lo fundamental, lo verdaderamente genuino.
El reconocimiento del espíritu de la vida, o de lo que verdaderamente somos, eso debería de ser la espiritualidad, y la supuesta espiritualidad podría presentar hipótesis y consecuencias morales sobre la misma. Pero las hipótesis y consecuencias morares pueden ser creídas, o pueden ser experimentadas, reconocidas, evidenciadas o realizadas. Y la verdad de la espiritualidad es para ser realizada. Toda creencia es totalmente respetable, como toda hipótesis, y seguir unas prácticas o unos principios morales por dogma de “fe” si la finalidad no es realizar esa pretendida fe, todo queda en un supuesto, aunque ese supuesto pueda indicar algo muy correcto.
Esa diferenciación entre ser más espiritual o más material, en el mejor de los casos indicaría una falta de reconocimiento de algo. Pero la realización espiritual debería de incluir inevitablemente lo que se dice como material. Otra cosa distinta es la identificación u obsesión por la “posesión” de…conocimientos, objetos, personas, etc.
La verdad espiritual o esencial de la vida o lo que somos, la somos todos, y realizarla es una posibilidad. El usar una religión, una metodología, o unas prácticas depende de las circunstancias y la sinceridad discernitiva que vaya surgiendo.
Saber diferenciar el indicador de lo indicado, la práctica de la finalidad, la posibilidad al hecho, el hábito al monje, etc. etc. es fundamental para la auténtica espiritualidad.
Al final la espiritualidad debería de ser lo más evidente, trascendente e incluyente, pero eso pude ser solo una indicación y toda indicación es para ser realizada. Desde la espiritualidad se reconoce la libertad de la apariencia del “cada cual” en seguir la práctica, o el creer, lo que su entendimiento provenga, cada persona es realmente sagrada, y por eso toda espiritualidad debería de incluir el respeto mutuo, que es lo más cercano a la libertad.
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