Sexualidad y Placer
Los dos aspectos fundamentales de la sexualidad son la reproducción y el placer. Para el ser humano la reproducción puede y posiblemente debería pasar por una reflexión personal del cuando, como o con quien, y porque, que será el resultado de conocimientos, educación, y vivencias resultantes de su singularidad individual como respuesta y asimilación de las experiencias vividas, y eso dará lugar a su propia y respetable decisión. Dependiendo de la edad o singularidades muy concretas, el acompañamiento “adecuado” puede ser muy necesario.
El placer debido a la sexualidad es un derecho y una decisión personal. La educación debería de informar amplia y correctamente, sin tabús, ni obsesiones moralistas, ni filosofías represivas, o liberalismos fóbicos.
El placer de la sexualidad tiene dos aspectos, el individual, o en relación con el otro, y este último debería de estar basado en el respeto. El respeto es la expresión máxima de una personalidad sana. El amor por el otro, su expresión y su reciprocidad en el placer de la sexualidad, es la experiencia que exalta la vida por el mismo valor de ella, la felicidad-amor, y la culminación del placer de la sexualidad, el orgasmo, es una experimentación muy genuina de esa felicidad-amor.
Los problemas derivados de la sexualidad, normalmente son de la personalidad. Las ideas-emociones vividas que han configurado la creencia de identidad con las cargas de complejos de inferioridad-superioridad, acumulando sufrimiento, culpa, castigo, vergüenza, son la base de la mayoría de los problemas de la sexualidad. En unos casos usando el placer de la sexualidad para compensar la angustia acumulada, creando hábitos de placer compensatorio, y en otros una repulsión y marginación de la sexualidad. Normalmente las filias de la sexualidad, los masoquismos y sadismos, el sentirse humillado o dominador, la violación, etc. son producto de la mezcla de los sufrimientos, y compensaciones de la base de la personalidad.
Las represiones moralistas de cualquier tipo, muchas veces con un pretendido “bien” ideológico, religioso etc. se han mezclado o provocado esta base problemática de la personalidad, y esto es la base casi de todas las aberraciones de la sexualidad. Esto no es ni más ni menos que el resultado del sufrimiento, y la falta de respeto.
Todas las metodologías que emplean la sexualidad en vías de la espiritualidad, en el mejor de los casos es llegar a ser conscientes de los posibles problemas anteriormente citados, y vivir libremente y armoniosamente el placer-amor, y su consecuente estado de relajación física-mental. Otras muchas veces es un lio de líos, con muy buenas intenciones.
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